Educación

La enseñanza artística en la nueva normalidad escolar

Jenny Acosta/CEMEES

En 2011 el promedio de horas dedicadas a la educación artística en las escuelas públicas mexicanas era de una hora. En ese entonces, el promedio de tiempo para esta materia en los países iberoamericanos era de 2.1 horas, por lo que México se encontraba debajo de dicho nivel. Lo preocupante no solamente son los pocos minutos dedicados semanalmente a la educación artística, sino también la calidad y constancia de esta. Se sabe que muchas escuelas públicas no tienen los medios para que su planta docente tenga profesores suficientes y bien preparados para las materias prioritarias en el plan de estudios, como español, matemáticas o ciencias, por lo que la preocupación por tener maestros de arte con una alta calidad académica y pedagógica está en el último lugar. Esta situación contribuye al poco interés que los mexicanos muestran hacia el arte y la cultura, aunada a los pocos espacios accesibles para practicar algún arte y para disfrutar su goce.

Esta situación de poca atención a la enseñanza de la educación artística se ha visto agravada con la pandemia. En general la educación básica se impartirá con una estrategia que implica medios poco convencionales y altamente ineficientes para alcanzar un aprendizaje satisfactorio en esta materia, además de que el tiempo dedicado a la misma será menor.

La Secretaría de Educación anunció que las clases del nivel básico se reanudarán el 24 de agosto y que serán impartidas por televisión a nivel nacional. Presentó también los horarios que cada materia tendrá, así como el tiempo en el que se darán clases para cada grado académico. La educación artística recibirá 25 minutos a la semana.

Sería erróneo no mostrar comprensión ante la nueva situación que enfrentan el Gobierno Federal y la Secretaría de Educación por las condiciones propias de la pandemia, sin embargo, también sería incorrecto aparentar que todo se está haciendo lo mejor posible, más cuando la desigualdad educativa y el abandono de la enseñanza artística en el país son problemas bastante conocidos y analizados.

Antes que una solución adecuada a los nuevos problemas educativos, parece que la decisión tomada responde superficialmente a estos. Más que una preocupación genuina por que los niños y jóvenes estén en contacto con el arte, el modo en el que se pretende que se enseñe esta materia deja claro que la preocupación gubernamental es meramente formal. Es un intento disfrazado para evitar posibles críticas al olvido efectivo y constante en el que se ha mantenido al arte en la educación pública mexicana.

Esta conclusión no carece de argumentos, principalmente porque las acciones del Gobierno Federal ante las cuestiones artísticas y culturales han sido consistentes: se mantienen en la superficie y no se preocupan por analizar el contexto nacional que fomenta que la única cultura que nutra al pueblo sea la televisiva. La decisión de cómo se reanudarán las clases le compete principalmente a la Secretaría de Educación, pero esta institución no funciona aisladamente; las medidas que toma están en sintonía con la tónica general que el aparato de gobierno ha seguido en la actual administración. Se necesita un plan para que los niños y jóvenes regresen a tomar clases, pero este no puede seguir llegando únicamente a la superficie siempre formal y poco sustancial del problema. Hace falta una preocupación genuina por que el arte forme parte toral de la educación pública mexicana, solo así se alcanzará la creatividad necesaria para encontrar soluciones reales al problema.

Jenny Acosta es licenciada en Filosofía por la UNAM e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

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