Error converso

AMLO, medios y libertad de expresión

Desde septiembre pasado, fecha en que circuló un desplegado firmado por 650 “notables” de la vida pública mexicana, se ha incrementado la discusión alrededor del tema de la libertad de expresión y la relación del poder con los medios de comunicación. Argumentaré aquí que esta libertad no está más en riesgo de lo que ha estado desde hace al menos 50 años pero que la relación que mantiene López Obrador con los medios es nociva, aunque no en la forma que estos “notables” quieren hacer creer.

Las problemática estructural de ejercer el periodismo en México

México es, desde hace muchos años, uno de los países para ejercer el periodismo. Tan solo hasta agosto del 2020, se habían registrado 8 asesinatos de periodistas. Organizaciones como Artículo 19 documentan hasta 11 agresiones a periodistas al día. La mayoría de estos casos se dan en el interior del país y los objetivos suelen ser periodistas locales que cubren temas de corrupción, crimen organizado y problemas ambientales.

AMLO: medios “buenos” y “malos”

López Obrador ha mantenido una relación ambivalente con los medios de comunicación. Por un lado, califica de “benditas redes sociales” a toda expresión en su apoyo: entre las que se encuentran diversos medios militantes, como El Soberano o Regeneración, que funcionan como medios oficialistas del régimen sin ser ellos mismos medios hegemónicos comerciales.

Por otro lado, se lanza contra algunos medios hegemónicos por considerarlos “conservadores”, medios que se dedican a golpear a su gobierno como El Universal o Reforma. Dedica sendos espacios en su conferencia mañana a desmentirlos y confrontarlos como si eso de alguna manera anulara o desmontara cualquier crítica a su gobierno.

Los “notables” y la monopolización de la esfera pública

Ahora bien, es muy claro que los “notables” que firmaron el desplegado “en defensa de la libertad de expresión esto tiene que parar” publicado en Letras Libres, están relacionados directa o indirectamente con los medios hegemónicos que critican al gobierno de AMLO. También es muy claro que lo hacen como parte de un proyecto político: una maniobra pagada por los sectores de derecha (encabezados por el gobernador de Jalisco) para abonar a su causa electoral futura.

Esto no quiere decir, sin embargo, ni que todo medio de comunicación crítico de López Obrador sea “conservador” ni que la libertad de expresión no esté en peligro.

Existen muchos medios alternativos o independientes, como lo es el propio Proyecto Ambulante, que son y seguirán siendo críticos del poder sin importar qué partido gobierne y que de ninguna manera están relacionados con el poder ni reciben su financiamiento. También persiste la violencia contra periodistas sin que el Estado mexicano tome medidas para protegerlos, mucho menos para atacar los factores estructurales que propician esta violencia (fundamentalmente la narco-política).

El error converso

Por supuesto que estos “notables” y los medios hegemónicos no están en peligro de perder o ver limitada su libertad de expresión. Si el presidente los confronta y exhibe en sus conferencias es tema de obsesión personal y estrategia política para desactivar a su oposición. Esto nada tiene que ver con los verdaderos peligros que existen en México para quien quiere ejercer su libertad de expresión y no sólo eso, usarla para criticar o denunciar al poder, o bien para organizarse y luchar, algo de lo que los “notables” entienden poco.

Eso sí, la relación que AMLO mantiene con los medios es altamente nociva: al crear este maniqueísmo de medios “buenos” y “malos” lo único que hace es perder el tiempo y darle visibilidad a sus opositores, mientras siguen dándose casos de violencia contra periodistas sin atender.

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Tótua Nia

Eterna defensora de causas perdidas

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