Babel

Obrador y su opción preferencial por inundar a los pobres

“Tuvimos que optar entre inconvenientes: no inundar Villahermosa y (que) el agua saliera por las zonas bajas, desde luego se perjudicó a los más pobres pero teníamos que tomar una decisión”, explicó Obrador, según notas de El Universal, Milenio y Proceso.

En el Titanic, historia cuya película es ya un clásico decembrino, se hundieron todos. Ahí, como en el cambio climático o en la sexta extinción masiva de especies, iban todos en el mismo barco. Pero subieron a los escasos e insuficientes botas salvavidas primero los ricos y los pobres tuvieron que esperar.

En Tabasco, la inundación fue dirigida a los pobres, a los indígenas de la zona chontal. Obrador dice que “desde luego se perjudicó a los más pobres pero teníamos que tomar una decisión”. Supone que cualquiera lo entenderá. La parece obvio que las circunstancias los obligaron a decidir y no había alternativa: había que inundar a los pobres porque el hilo siempre se corta por lo más delgado. También podríamos decir que en Villahermosa hay más votos y quizás los indígenas tienen la fea costumbre de no votar. Todo puede ser.

Pero una cosa es segura, es un hecho. Esta vez, “primero los pobres” significó inundarlos, sacrificarlos ante la otra opción, impensable que el mundo sea de otro modo.

Pareciera que es la naturaleza de las cosas: criticar a Obrador sería politizar la tragedia, sacar raja de la desgracia, ser conservador-fifí. Es muy claro: “tenían que tomar una decisión”.

Sin embargo, tomar una decisión significa que fuiste libre de elegir, y al elegir te responsabilizas. Es como el voto en 2018: si no hay más que males, eliges el mal menor, decían algunos. Una bonita manera de justificar elegir un mal.

Lo curioso es que siempre son los más pobres los sacrificados: Por la pandemia de Covid 19 (ante la cual eligieron no intentar seguir los contagios y tratar de frenar la expansión del virus, sino esperar la “inevitable” propagación y responsabilizar a cada quien por contagiarse) los más contagiados y con más muertos son los más pobres. Con las inversiones y los megaproyectos al servicio de los intereses geoestratégicos del capital estadunidense e internacional en el sureste, los sacrificados serán los más pobres y sobre todo las comunidades indígenas.

Con las consecuencias del cambio climático y de la extinción masiva de especies, los más afectados serán los más pobres, y por cierto, los que menos han contribuido a la emisión de gases de efecto invernadero: injusticia climática.

Siempre es la misma decisión, sean las inundaciones en Tabasco, el Titanic que se hunde, la pandemia, el cambio climático… los que salen más afectados, los primeros en morir, enfermar o al menos, perderlo todo, son los pobres.

La retórica de que “primero los pobres” (en positivo) está bien como eslogan, pero al gobernar, se privilegia a los militares, a los más ricos (Slim, Salinas Pliego, Azcárraga, Romo…) y para los pobres: escapularios del sagrado corazón…

En el mundo impera el capital, y sus operadores, políticos, gobernantes etc., son la derecha- Ah, pero en México tenemos un presidente bueno, honesto, humanista que (mera coincidencia) también sacrifica primero a los pobres.

La única diferencia es que si eso lo hacen Trump o Bolsonaro, está mal, pero si es Obrador, quien está mal es quien lo señale y critique.

En México vivimos como al otro lado del espejo: las políticas que en el resto del mundo son de derechas, aquí son progres.

Lo dijo en un tuit genial Ramón I. Centeno: Lo más original que ha logrado la 4T es convertir la austeridad en algo “de izquierda”, cuando en el resto del mundo neoliberal la lucha de la izquierda es justo contra la austeridad y su adelgazamiento del Estado.

Aquí no se llama neoliberalismo, pues por decreto ya estamos en el pos-neoliberalismo. Pero la austeridad y el sacrificar a los pobres porque “tuvimos que tomar una decisión” se parecen tanto que el silogismo del mal menor parece una treta para hacer pasar el mal por un bien humanista.

Alguna vez asistí a una charla de un pastor protestante argentino, me interesó mucho porque hablaría de la crisis que vivía Argentina, de las ollas populares y la organización barrial.

Al final, entre el auditorio, pastores protestantes mexicanos platicaban entre sí. Alguien mencionó a los pobres y el comentario fue que, según el Evangelio, pobres siempre habrá.

Claro, son tan necesarios, no podría haber gobiernos evangélicos que valgan si se acaban los pobres, pues si no los hubiera, a quién darle migajas, de quiénes corporativizar sus votos y a quiénes, cuando no queda más remedio, sacrificarlos ante el Covid, las inundaciones o el cambio climático.

Cristianos o humanistas, son tan buenos. Una muestra de caridad cristiana, y toda su retórica del cuerpo y el alma. El tuit de Obrador dice, enlodando la memoria de su paisano Carlos Pellicer: “El maestro Pellicer decía: Esta es la parte del mundo en que el piso se sigue construyendo. Los que allí nacimos tenemos una idea propia de lo que es el alma y de lo que es el cuerpo”.

Si eso es ser humanista y cristiano, dan ganas de convertirse en el iconoclasta que denuncia toda esa hipocresía y dice: esos son los mercaderes del templo que bendicen los sacrificios y la pobreza de los pobres, pero besan la mano de los Slim del mundo.

Por supuesto que no es necesario seguir a Obrador en Twitter ni en nada. Puede leer sus abominables tuits en su cuenta.

Comenta con tu cuenta de facebook

Javier Hernández Alpízar

Periodista, solidario con las causas justas

Deja un comentario

Artículos relacionados

Back to top button